La isla de Cortegada, del Parque Nacional das Illas Atlánticas, vio pasar la barca de piedra con el Apóstol
La isla de Cortegada forma parte del Parque Nacional das Illas Atlánticas. Situada en la ría de Arousa, dista un par de cientos del metros del continente y ante ella pasó, mitológicamente hablando, la barca de piedra que transportaba el cuerpo sin vida del Apóstol Santiago. Desde siempre se dijo que había sido también base para los barcos vikingos que horas más tarde remontaban el río Ulla y se plantaba en Iria Flavia, hoy afueras de Padrón y entonces centro político de Galicia. El Apóstol acababa de ser redescubierto por el ermitaño Paio o Pelayo, pero eso les daba igual a aquellos piratas llegados del norte cuya finalidad era simplemente saquear territorios y regresar a casa con las manos, bolsillos y bodegas llenos.
Pero todo lo demás está por estudiar en ese trozo impoluto del parque. Porque estuvo a punto de ser construida ahí una residencia veraniega para el rey Alfonso XIII primero, y una urbanización de lujo en los años 80 del siglo pasado, en cuyo caso el destrozo hubiera sido monumental, Por suerte ha permanecido en pie su más maravilloso tesoro: el mayor bosque de laureles de Europa, algo sensacional que hace abrir la boca de admiración puesto que no son laureles como los habituales. Estos tienen un tallo pelado y una copa que se abre de repente, densa, allá arriba.
La isla es visitable y la empresa que se ocupa del transporte desde el puerto de Carril se encarga de los permisos necesarios. Una vez en ella, un sendero le da la vuelta por completo, en un paseo que a ritmo muy lento lleva nunca más de dos horas. Se trata de un camino estrecho, cómodo y carente de la mínima dificulta, que además tiene un ramal que permite atajar por el medio de la isla. Un camino, en fin, que también lleva directo al bosque de laurel.