La catedral de Santiago comenzó el año con obras por todas partes
La< catedral de Santiago, a la cual estos días está llegando una media de 50 peregrinos cada 24 horas, está en obras por todas partes, mostrando su cara menos grata. «El ritmo de las piedras no es el nuestro, y necesitan atención, sin más», declaraba a este periódico uno de los responsables de las obras principales. «Es necesario, y siempre causarán menos molestias ahora que en primavera o verano», añadía, por su parte, un representante del Xacobeo.
Pero lo cierto es que hay lugares emblemáticos que tanto por fuera como por dentro presentan un aspecto por lo menos triste. Por ejemplo, en la Puerta Santa, como muestran las dos fotos bajo estas líneas.
A la complejidad de unos trabajos normales de rehabilitación se une la propia morfología de la catedral, puesto que lo que se ve no es más que un forro barroco del edificio románico.
Tampoco se libra la fachada de la Azabachería (foto inferior), donde está la puerta por la que entraban los peregrinos en la Edad Media, hoy sustituida de manera aplastante por la del Obradoiro, que a su vez está dejando paso a la de Platerías, decisión tomada para organizar el tráfico en la catedral. Pero en cualquier caso el peregrino ya no entiende que el punto final a su viaje es la Azabachería, sino el Obradoiro.