El crucero de San Mauro acapara las miradas en el Camino Portugués
Dejada atrás Pontevedra, el Camino entra ya en una etapa donde prácticamente no hay subidas ni bajadas. Zona por lo general muy llana, con algunas colinas de suave ascenso. La traza suele ser una pista ancha, en algún momento asfaltada, apartada de la carretera excepto a la entrada de Caldas. Y entre las dos localidades citadas está un pequeño núcleo llamado San Mauro, que cuenta con un área recreativa a la derecha (justo al pasar las casas, una de las cuales es también bar donde es posible aprovisionarse de algún alimento) y, un poco más adelante, un crucero que va ganando con el tiempo. Situado en un montículo (debió de ser antiguamente el nivel del suelo), se trata de una obra muy trabajada en un buen material granítico. Tomando el párrado de esta web, San Mauro era lugar donde históricamente se efectuaba el cambio de cabalgaduras. «A la salida de San Mauro hay un área de descanso con muy buena fuente. Ahora, por carretera solitaria, te diriges hacia San Mamed de Portela, un antiguo cruceiro te indicará el buen Camino. Por Ponte Valbón saldrá a tu encuentro uno de los enclaves míticos del Camino Portugués, el Cruceiro de Amonisa, desde donde Santiago, en el fuste, te indica el Norte mirando hacia Compostela».