El cabo Fisterra, final del Camino, está bien integrado en la Red Natura
Toda la Costa da Morte está integrada en Red Natura y, por el tanto, el cabo Fisterra también. En este caso no es por su fauna terrestre (con excepción de las aves) ni por su valor vegetal, sino por su paisaje sin igual: enormes acantilados, playas a las que sólo se llega desde el mar (como la de la fotografía bajo estas líneas) y plantas talofitas, otras que se agarran entre el granito cuando parece imposible que crezcan porque apenas hay tierra donde plantar las raíces…
La Costa da Morte/Red Natura es también muy rica en percebe, un marisco que hoy se come con fruición y que hace un siglo justo sólo lo tomaban en esta zona las familias pobres de solemnidad, puesto que no era de buen gusto poner un algo «tan feo» (así decían) en una mesa. En esa parte de la provincia de A Coruña se halla también cabo Touriñán.
Hoy en día los peregrinos, al llegar a Fisterra, siguen por la moderna carretera, acantilado a la izquierda, y serpentean entre coches dos kilómetros. No era ese el itinerario original antes de que en el siglo XIX se construyera el hoy famoso faro, pero el primitivo trazado se puede seguir si cuando se deja atrás el magnífico templo de Santa María das Areas se elegía esa carretera, se pasa el viejo depósito de agua y se gira a la derecha. Señalizado e… imborrable.